Por más actitud ganadora que tengamos, la vida cada tanto nos va a tirar con alguna bomba nuclear de esas que te dan vuelta todo. Y casi siempre no las vas a ver venir. Vas a quedar en estado de shock, fuera de foco, en medio de un huracán emocional.
Esas tormentas casi siempre tienen que ver con nuestra vida personal pero también pueden estar relacionadas a nuestros emprendimientos. Desde algo que no va a prosperar, hasta cosas mucho más fuertes, que son difíciles de digerir.
No hay fórmula para salir de esto, cada uno hace su proceso y muchas veces lleva tiempo volver a sentir que estás con tu actitud ganadora a full.
Mi simple consejo es tomar distancia física y mental del problema, del entorno, cambiar de ambiente y buscar refugio en tus confidentes más cercanos.
Cambiar de aire, para poder salir de la espiral que te hace enfocarte meramente en el problema, y no te ayuda a ver una solución en el horizonte.
Quizás no hay solución y no queda otra que adaptarse a la nueva realidad. Pero al menos el tiempo te va a ayudar a ponerlo en perspectiva. Y eso va ayudarnos en nuestra aceptación también.
Ese cambio de aire, de aromas, de entorno, ayuda a trasladarnos a otro lugar, donde ese problema ya no tiene tanto protagonismo. No es escapar del tema, porque la realidad está ahí y escapar es obviar algo que está ahí y que vamos a tener que encarar. Pero si es escapar del pozo, para poder tomar impulso y encararlo con otra cabeza.
A los que le han tocado cosas así, no me bajen los brazos, recuerden que lleva tiempo y que somos nosotros los que decidimos como digerimos las cosas. Y somos nosotros los que tenemos un faro que es nuestra actitud ganadora, eso lo llevamos dentro y es un motor super potente.
¡Vamos con todo!