El multitasking puede ser una gran virtud, pero es un destructor del foco. Te ayuda a mantener la operativa, de las mil cosas en las que estás metido, en movimiento. Pero te chupa toda la energía en esa diversificación de tareas.
Es como cuando invertís en un portfolio tan pero tan diversificado que al final no ganas nada. Está bien diversificar, pero por alguna opción te la tenés que jugar un poco más.
En esto de emprender el multitasking es inevitable porque somos como un pulpo haciendo malabares. Recordemos que nuestra mente necesita foco para meterle energía a las cosas que realmente necesitan nuestro foco. Eso que va a hacer la diferencia en la performance de nuestro emprendimiento. Y para eso no le podemos sacar recursos mirando el teléfono sin parar, atendiendo llamadas o “haciendo zapping” entre las 10 ventanas abiertas que tenemos en la compu. Es todo un desafío.
Pero quizás esta bueno hacernos un espacio y tiempo para meterle con mucho foco a una cosa a la vez. ¡Solo una!
Y luego salir a ver el resto de las cosas también importantes, cuando observemos que logramos avanzar de alguna forma, en eso que es más importante que el resto.
El foco se entrena como todo en la vida. En el momento que vemos que nos tentamos a ver otra cosa, podemos usar alguna herramienta personal para recordar ¿qué? estamos haciendo y ¿por qué? lo estamos haciendo. Algunas personas usan un post-it grande que les tape la pantalla del teléfono por un rato y diga FOCO. Otros tienen la necesidad de dejar los aparatos electrónicos alejados por un rato y escribir o intercambiar ideas tomando notas en un pizarrón. Y si el foco está en hacer llamadas, que el teléfono sea teléfono solamente.
Como todo, entrenar el foco lleva constancia. Sin constancia no se logra la excelencia. Así que multipliquemos ese foco por constancia y los resultados van a ir apareciendo.