Cuando sos parte de un equipo con Actitud Ganadora.
Formar parte de un equipo lleno de actitud ganadora fue una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida. Esto a nivel profesional y personal.
Unas de las preguntas que muchos me hacen en las sesiones de coaching y que yo también me hago a mi mismo es ¿cómo encontrar ese equipo?, ¿por dónde empezar?, ¿a donde buscar?
Es un tema muy complejo y la suerte juega un rol importante. Pero hay algunos elementos que no pueden faltar en el equipo y a mi criterio la actitud ganadora de cada uno de sus miembros es la pieza fundamental.
Hace más de una década comenzamos una startup de producción audiovisual junto a 3 socios. El equipo completo duró una década y luego algunos tomamos otros caminos, pero en esa década vivimos experiencias que quedaron en la retina de todos y nos marcaron a fuego como emprendedores.
Mi equipo nació por un sueño que teníamos en común pero también porque había una amistad forjada desde muy chicos con la mayoría. El factor confianza plena ya estaba implícito desde el vamos.
Por otro lado el factor de complementarse también se daba porque cada uno se enfocaba en temas diferentes. Comenzamos desde 0 y en el correr de los años logramos ser un dream-team. Pero ¿qué era lo que nos hacía brillar cuando trabajábamos 100% enfocados en un proyecto todos juntos?
Con cierta perspectiva veo que las historias de @tinchocervino (que además de socio y amigo, es un mentor de mi vida) resonaban permanentemente entre nosotros. Esto era lo que hacía que nuestro equipo fuera realmente un equipo y no un grupo de personas que se juntó con un fin en común.
Él era el desconocido del equipo. Estudió junto a uno de mis amigos y tuvimos un click en el momento en que nos conocimos. Más allá de ser un gran profesional de la comunicación, su background como rugbier lo había formado con principios y valores que eran fundamentales para nuestro equipo.
El rugby es un deporte muy inclusivo, juega desde el alto y flaco hasta el gordo y bajito, todos tienen un rol diferente, algunos son más visibles que otros, pero todos los roles son muy importantes.
Él me hablo de sus experiencias en el rugby de élite, había jugado en la selección nacional y siempre contaba sobre el esfuerzo que le había implicado llegar a estar al nivel más alto. Las frustraciones con alguna lesión y el apoyo y contención que formaban parte de pertenecer al equipo. El leverage que le daba el equipo al individuo. Eso de sacar lo mejor de uno, y dar todo, inclusive más de lo que uno se imagina que puede dar, porque el equipo te potencia. “Jugar solo es un embole, te aburrís” siempre decía.
Recuerdo aquella historia que contaba sobre la performance del equipo en una instancia decisiva: jugar una final. El día del juego es el día en que el equipo brilla, es el día en que todas las miradas están en el equipo. Pero lo importante está en lo previo, en la preparación, en el entrenamiento silencioso, individual, en ese sacrificio que tiene que hacer cada uno en pro de que el equipo salga a ganar.
Siempre decía que en la previa, si uno entrenaba menos o aflojaba, otro iba a tener que entrenar el doble para poder suplir su falta de compromiso. Todo esto generó una cultura de startup que giraba entorno a esos valores. Sus frases siempre resonaban en nuestras cabezas y las transmitíamos al resto de nuestro crew siempre que había una oportunidad.
A la hora de mentalizarse para esa final, visualizar al equipo como algo mucho más grande que uno mismo, con una misión que nos excede, pero que es alcanzable entre todos es la clave.
Con eso en mente vamos a salir con uñas y dientes a defender cada pelota, cada espacio, a avanzar y cubrir a nuestros compañeros cuando estén en el suelo.
Por que si él no está, soy yo el que me la tengo que jugar por el equipo. Y si él gana, gana el equipo, ganamos todos. Por eso también hay que darle espacio a nuestros “socios” para que salgan a ganar.
A mi criterio para llegar a tener este sentimiento con tu equipo, además de valorar y respetar a tus compañeros, vas a tener que lograr comprender cuales son sus fortalezas y debilidades para poder potenciarlos. Se requiere de cierta admiración por los talentos y actitudes de tus socios, tenés que creer en ellos, en lo que son y valorarlos por lo que son y cómo son.
Algunos emprendedores me dicen que prefieren jugar solos. Yo les digo que aunque elijan jugar solos, en cualquier emprendimiento vas a necesitar socios (directos o indirectos), ya seas un emprendedor individual o pertenezcas a un equipo. Aunque sientas que estás solo, hay socios y stakeholders que van a moldear el modelo de tu negocio, la forma y la cultura que va a ir adoptando tu emprendimiento.
La clave está en el compromiso, en la responsabilidad, en salir a jugar para ganar y compartir los valores que tienen los demás. Y cuando el individualismo surja (porque va a surgir en algún momento solo por el hecho de que somos seres humanos), tener la capacidad de resiliencia y empatía, con una fuerte dosis de confianza, como para que el propio equipo sea el que ejecute la variable de ajuste.
Quique Baliño de @xnpartners, es un mentor que nos ayudó mucho con sus charlas de liderazgo. Nos hablaba de la importancia de vivir los valores del equipo. Recuerdo en una conferencia de “no más pálidas” un cuadro donde escribía un “OUT” bien grande en los cuadrantes donde había gente que no vivía los valores del equipo, inclusive cuando de todas formas lograban los resultados inmediatos.
Si tenés claro desde el vamos que este va a ser un principio fundamental, tomar ese tipo de decisiones va a ser más fácil.
Y si tu equipo vive esos valores y además se mentaliza en la visión, y en cómo va a salir a ganar y afrontar los desafíos, eso va a generar que como colectivo salgamos a tomar acción.
Formar un equipo no es una tarea fácil, encontrar socios perfectos algo imposible. Lo importante está en identificarlos y aceptarlos como son y potenciarlos con lo mejor de nosotros mismos. Ellos seguramente van a hacer lo mismo.
Ellos deben cumplir con estas características más allá de sus especialidad. También debemos pensar en como se va a ir reinventando el equipo o identificar cuando es la hora de hacer un cambio. Porque una cosa es un campeonato y otra es pretender que tu equipo se mantenga enchufado a la larga.
Este es otro de los desafíos del emprendedor que vamos a tener que afrontar con mucha actitud ganadora.